Otro día más, corriendo de un lado a otro, contestando al teléfono, de reunión en reunión.
Estaba deseando que se acabara ya el día, o por lo menos la mañana.
Miró el reloj. Las 13:40. Ya quedaba poco. Sonó el teléfono, la secretaria le dijo que un miembro del bufete quería verlo. Suspiró y lo hizo pasar.
Con lo liado que estaba, ¿qué querría contarle ese pesado ahora?
Se abrió la puerta y entró su socio, seguido por una joven. "La nueva becaria. Estoy enseñándole el edificio. Se ha incorporado hoy a la plantilla".
Ella, tímida, esperaba en la puerta. Él la invitó a pasar, se acercó a ella y le dio dos besos. No acostumbraba a hacerlo, pero con ella no lo había podido evitar.
Le ofreció asiento, y la escuchó hablar sobre su trabajo allí.
Tenía una sonrisa preciosa y unos ojos color verde azulado, que te invitaban a perderse en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario